No més complicitats amb Isrel

divendres, 23 de setembre del 2011

Tercer Día

Día intenso el de hoy, como todos los que nos esperan, sin duda. Hoy por primera vez nos hemos dividido en dos equipos para avanzar en la reconstrucción de las viviendas comprometidas.

El primer equipo se bajó del autobús poco antes de franquear el check.-point porque no nos dejarían seguir con la reconstrucción si intentáramos cruzar por allí varias días consecutivos. El grupo se bajó a una cierta distancia de la barrera y más o menos debajo de la colina de la casa y subimos hacia el terreno con un poco de ligereza para intentar no llamar la atención. Una vez allí nos pusimos rápidamente con las tareas que habíamos dejado el dia anterior, con todo el grupo. Nos dedicamos básicamente a limpiar mejor el terreno, mover arena y hacer cemento mientras el obrero se dedicaba a empezar la pared exterior de lo que será la casa. Después de que una pequeña parte del grupo se despidiera para ir a ayudar en la otra obra, los brigadistas que se quedaron se sentaron a un pequeño descanso con los futuros dueños de la casa, que nos contaron frente a una taza de té la historia de la demolición y cual era su día a día en ese pequeño pueblito y con sus condiciones. Fue especialmente emocionante ver como la mujer contaba unos sucesos tan duros con una muy admirable serenidad y fuerza, solo rota en un par de ocasiones por un resquicio de emoción en sus ojos, pero sobretodo las palabras serian dureza y impotencia. Fue bastante duro oír como los militares que habían llegado a echar la casa abajo restregaban sus botas llenas de barro en las alfombras que la familia había conseguido sacar de la casa minutos antes, o como contaba de sus tres días en el hospital tras un grave ataque de ansiedad originado por la demolición y el posterior aborto del bebé que llevaba en el vientre. Nos explicó también que la familia vive exclusivamente de los ingresos del marido, de la cría de ovejas y algunos pequeños trabajos, ya que la mujer, aun y haber acabado la carrera de química en Belén era incapaz de encontrar trabajo y sus posibilidades de progresión eran increíblemente limitadas al no poder entrar por ejemplo en Jerusalem. El rostro y las palabras de una mujer conmovedora que ha tocado lo más profundo de nuestros seres al imaginarnos viviendo en esa situación.

Al lado de este relato el segundo equipo se dirigió a (barrio), donde nos encontramos con los restos de la casa de Ali-Abu Sarham. Escombros que nos mostraban las vidas a Ali, su mujer y sus ocho hijos, que vieron como su casa era derruida por el ejercito dos veces en el plazo de seis meses. Señas de una injusticia inexplicable, que nos ponemos enseguida a retirar para construir sobre ellos el nuevo hogar de esta familia, y un nuevo testimonio de solidaridad y resistencia ante las tropelías constantes del Estado israelí y su ejército. La mañana pasó rápido y al acabar el trabajo Ali nos conto su historia y la de su familia: Como tras invertir 50.000 $ en la construcción de su vivienda con la ayuda de su padre y sus siete hermanos, fueron desalojados por el ejército, con prisas.

Una historia conmovedora, que nos llena de fuerzas y energías para afrontar las jornadas que nos quedan y en las que seguiremos limpiando, desescombrando y levantando la vivienda.

Por la tarde, tras la comida, el aseo y el merecido descanso hemos disfrutado de un encuentro con distintos representantes de algunos de los movimientos que buscan cauces de entendimiento entre estos dos pueblos, que a pesar de vivir tan cerca, se encuentran tan alejados el uno del otro. Historias que mezclan lo personal con lo colectivo, las vivencias de cada uno con su práctica diaria y que nos invitan a la reflexión colectiva. La gente con la que hemos charlado eran dos chicas jóvenes palestinas, una de ellas parte de la associación Grass Roots, otra colaboradora del colectivo JustVision (http://www.justvision.org), que se dedica a documentar sobre las acciones de resistencia no violencia contra el muro. Luego había también dos chicos israelíes, una chica activista del grupo Solidarity Sheikh Jarrah(http://www.en.justjlm.org) i un joven parte del sindicato Wac.

Surgen dudas, preguntas, inquietudes y se generan debates sobre algunos temas que, bajo la apariencia de encontrarse lejanos a nosotros, nos tocan muy de cerca, los conflictos de identidades, apoyadas sobre prejuicios, malentendidos y desconocimientos, las formas de resolver los conflictos o la búsqueda de semejanzas por encima de las diferencias.

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