No més complicitats amb Isrel

diumenge, 25 de setembre del 2011

Bilin!

Hoy puede haber sido uno de los días que vaya a dejar más huella en nosotros.

Salimos a las 10 hacia de pueblo de Bi´lin. En esta villa se celebra todos los viernes una manifestación contra el muro, la más conocida internacionalmente. Cuando llegamos, una familia nos abrió su puerta y nos invitaron a un té mientras nos mostraban lo que habían sido y las consecuencias que habían tenido las manifestaciones en los últimos 7 años.

En ellas murió hace dos años un joven llamado Bassel por un impacto de una bomba de humo del ejército israelí en el pecho, y tan sólo hace un año su hermana murió por intoxicación con otra bomba de humo.

El muro arrebató al pueblo sus tierras agrícolas. Hace 4 años la corte de justicia israelí reconoció la ilegalidad del trazado del mismo al no coincidir con las fronteras marcadas en 1967. Aunque el ejército como en otros muchos casos, hizo caso omiso de la misma.

Gracias a la resistencia no violenta de esta protesta por parte del pueblo y al apoyo internacional recibido, hace tres meses el vallado se movió 400 metros hacia atrás. Pero en su lugar se construyó ese monstruo de hormigón que hace muy difícil esperar nuevos éxitos que posibiliten la total recuperación del suelo robado. Y así conseguir por fin un poco de normalidad en sus vidas.

Comenzamos la manifestación rodeados de gentes del pueblo y periodistas cargados de globos y banderas palestinas y avanzamos hacia el muro con consigas en contra de la ocupación y pro-palestinas. Al llegar en lo alto del muro nos esperaban varios militares.

Los palestinos se acercaron al alambrado previo al muro y le ataron globos con su bandera a la vez que la agitaban. Además quemaron una bandera estadounidense en la que habían escrito veto y otros jugaban con una cometa con sus colores.

La manifestación acabó sin ningún incidente relevante.

Después de tantas emociones contenidas .Nos dirigimos a Jaffa, allí nos esperaba Yusuf (miembro de amnistía internacional), el guía que nos iba a contar la historia de este pueblo. Tras una abundante comida árabe iniciamos nuestro recorrido por las calles de este lugar. Comenzamos en la plaza principal, dónde tuvimos la oportunidad de hablar con una de las familias que en este momento se encuentran acampadas ahí, reivindicando los problemas de vivienda que padecen los ciudadanos de Israel menos pudientes entre otras cosas (pertenecientes al movimiento de indignados israelí).

Jaffa es un pueblo costero con un importante puerto pesquero habitado por palestinos y judíos que convivían con normalidad hasta la llegada de la Naqba. En este momento muchas familias tuvieron que abandonar sus viviendas igual que en el resto del país.

Con el crecimiento de Israel desde la creación del estado judío este pueblo ha sido absorbido y ahora es otro barrio más de la capital.

Yusuf llamó nuestra atención sobre las diferencias de vivienda entre las distintas clases sociales, especialmente marcada entre judíos y árabes.

No contó la historia del barrio, que fue degradado deliberadamente para después ser rehabilitado para la población más pudiente.

Descansamos unos minutos viendo el sol ocultarse tras el mar Mediterráneo.

Terminamos la velada en un café local tomando Narguile y té mientras escuchábamos el discurso en la Asamblea General de la ONU de Mahamud Abbas (Presidente de la Autoridad Nacional Palestina).

Tras tantas sensaciones llegamos al hostal agotados pero con ganas de continuar esta experiencia a la que le queda aún tanto por desvelar.

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