La
Ciudad de los Gatos se despierta tras una noche agitada de viento y maullidos.
Delante de nosotros, la promesa de un día intenso…
¿Qué
es un refugiado? Una extensa llanura polvorienta, donde las tiendas se agitan
por el viento del desierto…ésa es la imagen que muchos de nosotros tenemos
sobre un campo de refugiados. Pero al hablar con Hamsa, del IBDAA Cultural
Center, o con representantes de BADIL, la realidad se presenta bien distinta…y
más dura de lo que se pueda imaginar.
Lo
que en principio eran pequeñas viviendas autoconstruidas, hoy es un barrio que
alberga 12.000 almas en los alrededores de Bethlehem…En el campo de Dhesheh, el
toque de queda y la impunidad de la policía israelí eran lo común, el ahogo de
vivir en una cárcel… eso nos recuerda lo duro de la condición de ser refugiado:
la sensación de no pertenecer a ninguna parte, de que nadie se acuerde de ti,
cuando tus únicas demandas son tan necesarias como el respirar: tener el
derecho a reconocerte como persona, a volver a la tierra de tus ancestros.
A
pesar de haber vivido hechos terribles que reconoce no poder olvidar, una luz
brilla en los ojos de Hamsa: se siente orgulloso del sentimiento que sus
abuelos le inculcaron, el ser “víctimas de la esperanza”, una idea que pese a
triste, merece la pena conservar como agua de gota en el desierto: la confianza
en las personas, en sus propios vecinos en este cautiverio colectivo, para
continuar la lucha por una solución pacífica y poder, algún día, regresar a sus
casas.
Esa
misma confianza en las personas es la que transmite el hablar pausado de
Mohammed, del movimiento 15M. Personas que a pesar de tener diferentes
ideologías políticas, se han unido para reivindicar la unidad de los palestinos
bajo la ocupación, para trabajar mano a mano con la gente, para educar con el
pensamiento, pues son conscientes de la importancia que unos lazos fuertes en el
seno de la comunidad pueden conseguir en la lucha política.
Esa
delicada y complicada relación entre Religión, Ideología y Política es de lo
que nos habla Ahmed, representante del AIC y especialista en Derechos Humanos y
Derecho Internacional… Con el paso de los días, las peculiaridades de la
cultura musulmana se nos van revelando como profundamente complejas. La manipulación
que de la religión pueden hacer los partidos políticos, las profundas
diferencias religiosas entre países con diferentes bagajes culturales e
históricos pueden dar una perspectiva distinta de los verdaderos lazos que unen
el mundo árabe.
Cae
el silencio sobre la Ciudad Vieja, y en esta tierra de sangre y fe, sucumbo a
la deidad más antigua de todas. Morfeo me reclama, y sólo resta una cosa:
comenzar a soñar.
“Aunque
no se nos permite soñar, lo haremos”
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